Los que nacimos a finales de la década de los 50 como yo, y por lo tanto ya tenemos 60 y pico años, sabemos apreciar muy bien lo que significa vivir en una democracia con sus libertades. No en vano vivimos nuestra infancia y parte de nuestra juventud bajo el régimen dictatorial del general Franco. Apreciamos podernos manifestar sin tener que correr delante de los grises y sus porras, o poder afiliarnos a un sindicato o militar en partidos marxistas sin jugarnos ir a la cárcel (aunque esto último de organizarse en partidos parece no estar muy de moda en estos días). Por todo ello, cuando llegó el régimen del 78 con la transición a la democracia nos pareció cojonudo, sin embargo, a toro pasado y con la perspectiva de casi 50 años hemos de reconocer que nos la colaron bien colada.
Al fin y al cabo la oligarquía financiera y el hegemonismo norteamericano que ya cortaban el bacalao durante la dictadura (sobre todo en los últimos años), lo siguen cortando en la actualidad y tienen mayor poder si cabe que entonces, sobre todo el hegemonismo norteamericano cuyos capitales han entrado a saco en las empresas del Ibex 35 en los últimos años. Quizá no sepas que mas del 60% de los capitales de esas 35 mayores empresas españolas ya no es capital nacional, sino extranjero, fundamentalmente norteamericano. Así que cuando el Ibex35 va bien y la bolsa sube, el 60% de esos beneficios no se queda en nuestro país sino que se van para fuera, para el disfrute de otros.
Así puestas las cosas, vale, aceptamos pulpo como animal de compañía (al menos por el momento). Asumimos que vivimos en una democracia burguesa limitada y con una oligarquía financiera como clase dominante, aliada y sobre todo dependiente del hegemonismo norteamericano. Pero, ¿me queréis decir que esa democracia esta llena a rebosar de libertades y no caben más? ¿Me estáis diciendo que nuestra democracia ya es lo suficientemente ancha y no se puede ensanchar más, que su ‘cintura’ (por decirlo de alguna manera) no da para más?. Yo desde luego no estoy en absoluto de acuerdo, creo que hay muchas cosas que mejorar en nuestra democracia y que después de 50 años de mantenerla igual, ha llegado la hora de espabilar, mover el culo y empezar a exigir cambios que la mejoren y amplíen sus libertades. Sé que a la oligarquía no le hace ninguna gracia esta posibilidad, que probablemente mermara algo su poder y su codicia, pero no creo que ninguna mejora democrática pueda suponer un riesgo serio a su poder y a su estatus de clase dominante.
Así pues, y para empezar, que tal si exigimos cambiar el sistema electoral. Nuestro sistema electoral es una trampa que beneficia a los grandes partidos de siempre (PP y PSOE) y dificulta enormemente la aparición de otros partidos. Para empezar la exigencia a los partido extra-parlamentarios de recoger un porcentaje del censo en avales me parece totalmente anti-democrático (que se presente quien quiera y que la ciudadanía decida). Estos avales deben ser recogidos, además, por cada circunscripción lo que impide que muchos partidos que se presenten a las elecciones o no puedan hacerlo en todas las circunscripciones. El propio sistema de circunscripciones es demencial y una trampa enrevesada que exige un cierto porcentaje del censo para conseguir el primer diputado, que por supuesto los grandes partidos tienen asegurado, pero luego resulta que en lugar de uno o dos diputados, acaban tenido tres o cuatro por unas diferencias de votos nimias, mientras otros partidos pueden haber tenido muchos votos, pero si no llegan al porcentaje mínimo no obtienen ninguno. Todo esto debido a la puñetera ley D’Hont, de la que prefiero no acordarme ni hablar.
Por supuesto, de cambiar el sistema electoral, preferiría que fuera de listas abiertas y no cerradas. Votar a personas y no a siglas, lo que no comprendo es como, no habiendo ningún diputado que ha sido votado, cuando se quieren cambiar de chaqueta y convertirse en transfugas se llevan el escaño puesto. Esto, sin duda, hubiera sido fácilmente rectificable con una ley que dijera que los escaños son de los partidos no de los diputados, pero después de 50 años, ahí sigue sin cambiarse (probablemente porque tanto PP como PSOE piensan que en un momento dado les puede beneficiar).
Otros cambios que me parecen dignos de luchar por ellos sería una reforma del sistema fiscal para que realmente los que mas ganan paguen más impuestos y no como ahora que bancos y monopolios no paran de batir records de beneficios y a la postre resulta que pagan menos impuestos que PYMES y autónomos. O blindar las pensiones en la constitución como un derecho fundamental, me parece totalmente injusto que después de una vida de trabajo (que por cierto cada vez la alargan mas) y cuando una persona esta en la recta final de su vida y es más débil, encima tenga que pasarlas canutas para llegar a fin de mes.
En fin, este artículo podría alargarse bastante más, porque creo sinceramente que hay muchas cosas en nuestra democracia que son mejorables, y que harían nuestra vida mejor y mas placentera, pero tengo claro que para lograr cualquiera de estos cambios u otros que quizá se me han quedado en el tintero, hay que tener varias cosas que son imprescindibles: lo primero unidad, no somos conscientes de lo que unidos podemos conseguir, pensad que ellos (la oligarquía y el hegemonismo norteamericano) aunque poderosos son pocos y cobardes, y nosotros somos un mogollón que tenemos suficientes elementos en común (sobre todo sufrimientos) que objetivamente nos unen. Lo segundo, un poquito de organización. Anda que estos cabrones no se reúnen y planifican. Que si el Club Bilderberg, que si el Foro de Davos, que si el G20, que si el G7. Ellos si que se organizan y planifican como exprimirnos como limones, pero entre la gente de la calle lo de estar organizados es una pérdida de tiempo, ya se encargan ellos de difundir la idea de que tu lo que tienes que hacer es divertirte, viajar, aprovechar tu escaso tiempo de ocio y sobre todo evadirte y no preocuparte por nada, ya nos encargamos nosotros de pensar como joderte la vida, tu pasa de todo que la vida es corta. En mi opinión el estar organizado y dedicar un poco de tu tiempo a para reunirse, debatir y estar enterado de lo que pasa (de verdad, no lo que te cuentan por TV) o ser un activista no es incompatible con disfrutar de la vida. Por último e imprescindible necesitamos tener nuestra independencia y soberanía nacional intacta y me temo que la misma pertenencia a la Unión Europea y nuestra inclusión en la OTAN coartan bastante esa independencia y soberanía nacional. Los países han de tomar las decisiones que les benefician a ellos y no ser intervenidos y manipulados para tomar decisiones que a quienes benefician son a los imperialismos de turno.
Bueno, como muestra un botón, y creo que es suficiente para hacer reflexionar un poco sobre las cosas por las que vale la pena luchar y dedicarles algo de nuestro tiempo.
LORF